De un tiempo hasta aquí han ido surgiendo infinidad de nuevos conceptos y variantes de los juegos de escape.
Pero… ¿Deberíamos llamar a todas estas variantes Escape Room?
Rotundamente la respuesta es ¡NO!
Tras una agradable e interesante charla, en el primer Master Meeting, entre diversos propietarios y Game Masters de toda España, llegamos a la conclusión de que aunque todos englobamos a todas las variantes dentro de los Escape Room, no deberíamos de hacerlo y esto perjudica el sector.
Juegos portátiles, abrir cajas, resolver asesinatos, desactivar bombas, hallar el paradero de niños secuestrados y una infinidad de juegos basados en el formato Escape Room, pero que NO lo son. Empecemos hablar con propiedad y a llamar cada cosa por su nombre con nuevos conceptos, no desvirtuemos el formato Escape Room. Un Escape Room, como su nombre indica, se trata de escapar de una habitación.
Entonces ¿por que llamamos a todas esas variantes Escape Room?
Pongamos el ejemplo del deporte. Un grupo de jugadores, se juega con una pelota y consiste en meter el balón en una red. Esta podría ser la definición de cualquier deporte como baloncesto, fútbol, balonmano… ¿los llamamos a todos igual? NO. Cada uno tiene sus normas y su forma de jugar. Pues en los juegos de escape deberíamos de hacerlo así y llamar a cada variante de diferente forma, aunque a priori se parezcan.
Vamos a intentar desde nuestra humilde visión y experiencia explicaros algunos de nuevos conceptos o formatos en los que creemos que debería dividirse todo esto.
Hall Escape, un juego que podría montarse en una habitación amplia, con varios elementos repartidos por la habitación y el jugador deberá desplazarse para poder resolver los enigmas.
Escape Box, normalmente todo se desarrolla alrededor de una o varias cajas y el jugador debe abrir esas cajas hasta conseguir el objetivo acordado.
Adverture Room, Se trata de vivir una aventura, sin necesidad de resolver enigmas ni abrir candados o mecanismos, solo seguir las pistas o vivir las situaciones que el juego propone.
Escape Room, el alma de todo esto. Una misión y un tiempo determinado para cumplir ese reto y escapar de allí.
Al final de todo esto, los perjudicados son los clientes que van a un juego creyendo que se trata de una cosa y se encuentran con algo totalmente diferente.
Es normal que salgan con una sensación agridulce. Para evitar este tipo de situaciones lo mejor es llamar cada cosa por su nombre.
Muy buen post! Sin embargo creo que llamarlo todo por un mismo nombre puede ayudar a atraer a aquella gente que no es fanática de los escape rooms.
Saludos!